Todo resultó sobrio, preciso, medido, muy imaginativo en la constante redistribución sobre el escenario de los músicos y sus pocos bártulos, perfectamente iluminado, espectacular.
Y María Pagés tan bien vestida como siempre, imponente, tan gran artista: por volver a Sor Juana, “Si la flor delicada,/ si la peña, que altiva no consiente / del tiempo ser hollada, / ambas me imitan, aunque variamente, / ya con fragilidad, ya con dureza, / mi dicha aquélla y ésta mi firmeza.”
No te vayas nunca, María.
Todas las fotografías son de David Ruano y proceden de la web de María Pagés. |
María Pagés
Óyeme con los ojos
2 de junio de 2018
Teatro Bretón. Logroño
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