Gillian Wearing. Todo está relacionado. 1992-93. |
En 1992, en plena crisis económica y social (¿y cuándo no es fiesta?),
Gillian Wearing se echó a las calles de Londres y pidió a los
transeúntes que escribieran lo que les preocupaba para después
fotografiarlos sujetando su cartel. La serie aspiraba a romper "la
lógica de la fotografía documental" y ha servido de referencia más o
menos cercana para otras que aspiran a retratar la realidad social dando
la palabra a los protagonistas, a menudo simples víctimas de decisiones
ajenas. Entre nosotros, dos ejemplos especialmente afortunados han sido
2013, de los fotógrafos Jonás Bel y Rafael Trapiello, y el "diario de la crisis" editado con testimonios de los oyentes de Pepa Bueno en la Cadena SER.
Algunos hablan de la lamentable situación general, pero la mayoría de
los carteles expresan pensamientos íntimos o convicciones personales.
Hasta desahogos imprevisibles por el aspecto y las características
profesionales de quien lo afirma.
En todos los casos el espectador puede llegar a una conclusión de valor universal: las víctimas, siempre y en todos los lugares, son mejores, en todos los sentidos, que los causantes de sus desgracias.
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