Cuento viejo

F.G. Cerco. Barrio de Santa Cruz, en Alicante. 02.2024.

El marco lo tenían claro, y, dentro de él, como lo más natural, su papel preponderante y plenipotenciario, por tierra, mar y aire y por los siglos de los siglos.

Otra cosa es que la realidad, caótica y confusa, dinámica y variable, plural y contradictoria, no cupiera en pretensión tan elemental, tan primaria. Tan básica. Tan injustificable por arbitraria. 

Y no acababan de entenderlo. O sí, pero no les convenía de ninguna manera y había que fingir que aquello era un sindiós intolerable, y que todo debía ajustarse al supuesto marco de las esencias. A lo de siempre.
Contra toda evidencia. 

Contra cualquier posibilidad.