La verdad es que, visto lo visto y digan lo que digan, a muchos candidatos les pasa lo que al comisario Lascano en Crimen en el Barrio del Once, la novela de Ernesto Mallo, que en un momento reconoce su desconcierto y confiesa: «No sé, estoy con un despelote en la cabeza que no sé si cagar o darle cuerda al reloj.»
Esa disyuntiva ha dejado de serlo en el mundo digital, y en consecuencia la mayoría dedica su tiempo y el de sus equipos de asesores solamente a cagarla.
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