lunes, 30 de octubre de 2017

Zorromono en La Lonja. ¿Un mundo feliz?

Carlos Ramirez "Zorromono" trabajando en La Lonja. Foto de la galería.
Hasta el 2 de diciembre se puede ver en La Lonja (Beratúa 39-41, de Logroño) una excelente muestra del trabajo más reciente de Carlos Ramírez “Zorromono”, realizado durante los cuatro meses de su “residencia” en la galería. Se inspira y toma el título del “mundo feliz” descrito por Aldous Huxley, distopía que refleja una situación de servidumbre voluntaria generalizada que ha dejado de ser la situación ficticia del momento de su creación para convertirse en el reflejo realista -más o menos estilizado- del estado de cosas dominante en las sociedades contemporáneas avanzadas.

El trabajo de Zorromono está dominado por una poderosa pulsión creativa que, paradójicamente, parte desde la fragilidad del dibujo, la forma de expresión más íntima, sencilla, asequible y personal, hasta convertirla en un grito desgarrado, cargado de fuerza expresiva, firmeza y valor comunicativo. Una rica serie de imágenes recurrentes pueblan sus estampas xilográficas y pinturas sobre soporte textil, reproducidas y transformadas mecánicamente y convertidas en un inmenso collage esencialmente monócromo con el que ha transformado el espacio expositivo de la galería en un desasosegante laberinto, opresivo y hostil.

La raíz expresionista de tan poderoso trabajo no está lejos, ni por condicionamientos técnicos ni por voluntad ética y estética, de las xilografías medievales que ilustraban las igualitarias danzas de la muerte, o de los grabados de Goya y Rembrandt (con los que coincide en el metafórico valor concedido a los animales desollados o agonizantes), o de los intensos trabajos en madera de los artistas de Die Brücke, dominados por su apremiante gestualidad, y todo ello conviviendo cómodamente con las pinturas de Ensor y los frutos de la rica corriente de dibujantes satíricos surgidos en la prensa política ilustrada del siglo XIX.


Zorromono es un “artista mayor”, ambicioso en sus planteamientos y capaz -mediante sus amplios recursos técnicos y su firme decisión y voluntad- de afrontar y resolver cualquier reto que se plantee. Lo demostró en la Sala Amós Salvador el año pasado con su imponente retablo y ahora lo confirma con el angustioso dédalo en que ha transformado La Lonja. 
Zorromono en la Sala Amós Salvador, de Logroño.
No se lo pierdan.

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