Ramón Gómez de la Serna. Greguería ilustrada.
Esta cruel propuesta de Ramón, siempre tan radical como certero, cabría aplicarla no solo en el cine y el teatro. También, por extensión, en cualquier otra manifestación del variado espectáculo de la vida.
Total, para lo que sirve...
ResponderEliminarEspectador privilegiado de la vida por decapitación! Cuantos hay deseandolo.
ResponderEliminar¡Lo compro!
ResponderEliminarNo se está mal sin cabeza. Acabas por acostumbrarte y no la echas en falta para nada.
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