F.G. Pinhel. 09.2023. |
(...) "pienso, y pienso que en el fondo tengo quizá ya demasiados cuadros para una exposición, pero los llevaré todos a la Galería Beyer y ya que Beyer guarde algunos en la salita contigua a la propia galería, en el Banco, como llama él a ese cuarto en el que almacena los cuadros que no están expuestos, pienso, y voy a mirar de nuevo el cuadro de las dos rayas que se cruzan, ambas de trazo grueso, con empaste, que dicen, y la pintura se ha corrido un poco y se ha formado un color muy extraño en el lugar donde se cruzan las dos rayas, es un color bello y sin nombre, como es habitual, porque evidentemente no puede haber nombres para los incontables colores que hay, pienso y me alejo un par de metros del cuadro, y me quedo mirándolo y luego apago la luz y me quedo mirándolo en la oscuridad,"(...)
Se distrajo el hombre demasiado poniéndoles nombre a los animales
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