He preparado para la vitrina de acceso a Castroviejo Librero, (en los portales de la Plaza del Mercado, de Logroño, en el pasaje de Los Leones), la entrega número treinta y ocho de mi exposición a la altura de los ojos y a pie de calle.
La titulo Propósito, y es un fragmento de mármol de 31,5x31,5 cm., (el formato de las portadas de los discos LP que, como seguramente sabes, es el que suelo utilizar como medida de mis collages y fotografías) en el que grabé un haiku autografiado,
construyo un mundo
tratando de entender
lo que me mira
tratando de entender
lo que me mira
que definía la intención que me había guiado en la preparación de mi exposición de 2021 en la galería La Lonja 39/41, titulada, precisamente, lo que me mira. (Si pulsas aquí puedes ver el texto completo, en el que hablo de autores "dispersos" a los que admiro, como Franz Hessel descubriéndole a su amigo Walter Benjamin en El regreso del flaneûr que “sólo vemos lo que nos mira”; o la honda verdad -“ver es haber visto”- que reitera Fernando Pessoa en El libro del desasosiego; y la limpia iluminación de Joan Brossa, resumiendo que “el secreto consiste, sólo, en saber mirar.").
No era la primera vez que utilizaba mármoles en mis obras (a veces como meros objetos encontrados, y bastante a menudo como acumulaciones de fragmentos de distintas cualidades o formando parte de ensamblajes con objetos industriales diversos), pero esa mezcla de confesión y anhelo requería un soporte de un blanco tirando a inmaculado, pulquérrimo e indeleble, sólo marcado por el pulso incierto de mi escritura.
La "declaración de intenciones" pervive desde entonces a la intemperie, esencialmente inalterable aunque sometida a bonanzas e inclemencias, a prueba de calimas y pedriscos, calores y humedades, floras y hielos, faunas y adherencias. Se va convirtiendo en lo que pretendía ser: un hermético testigo silencioso, puro recordatorio mudo. Un estímulo.
Los libros que escoltan a mi Propósito son excelentes compañeros: la nueva edición de El libro del desasosiego de Fernando Pessoa, traducido por Perfecto E. Cuadrado para Acantilado, puerto seguro para recalar una y otra vez en la incierta travesía de la vida; el último libro sobre Madrid del fotógrafo Bernard Plossu, un ejemplo de viajero dedicado a mirar el mundo al margen de las sendas trazadas, los clichés y la propaganda, de volver una y otra vez sobre lo ya visto para ver de otra manera, quizá más esclarecedora (todo un acierto de La Fábrica el utilizar una fotografía de Minerva de perfil para ilustrar la portada, como mirando para otro lado, seguramente hacia algo interesante); y el libro de Will Gompertz "Mira lo que te pierdes. El mundo visto a través del arte", en el que valora la atención consciente como el signo diferencial de los artistas frente al común de los mortales, que pasan como vaca sin cencerro creyendo que lo saben todo del medio en el que les ha tocado vivir.
Se acerca el otoño. Este año, en vez de apuntarte a diez o doce cosas, cómprate un buen libro y échate a los caminos.
Y ojalá que Minerva te acompañe.
Salud.
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