martes, 14 de febrero de 2023

Bacharach, el grande

Dionne Warwick y Burt Bacharach bailando durante una sesión de grabación en 1964.

Ha muerto Burt Bacharach, un excelente músico que aportó a la música popular a lo largo de más de tres décadas (desde finales de los 50 hasta los primeros 90) infinidad de canciones imperecederas, auténticos clásicos permanentemente actualizados en las incontables versiones que de su obra se han hecho en cualquier lugar y en muchos idiomas.

En su sofisticada música se aprecia la variedad de sus gustos y una formación presidida por la curiosidad y el eclecticismo. Estudió con Darius Milhaud, y a través de él absorbió las mejores cualidades armónicas, melódicas, métricas y descriptivas de la música culta francesa, y, quizá para compensar, cultivó la amistad de John Cage y de algún otro antimelódico recalcitrante. A ello sumaba su pertinaz afición nocturna por los clubs de jazz en vivo, y una actitud desprejuiciada que le llevó a componer delicada música comercial para intérpretes que compraban sus canciones para convertirlas (en los mejores casos, como en el de la portentosa Dionne Warwick) en maravillosas creaciones adaptables a muy distintos arreglos y a la sentimentalidad del soul o del rhythm & blues, a los baladistas y crooners o a las necesidades de cualquier espectáculo.

El mundo del cine y la televisión le proporcionaron grandes éxitos y popularidad, y su influjo llegó también al muy diverso mundo del rock, con versiones memorables de grupos como The Beatles (Baby, Its You), Love, The Stranglers o The Jesus and Mary Chain, y un influjo notable en los compositores de grandes melodías: sirva como ejemplo el homenaje del grupo Oasis reproduciendo en la portada de su primer disco un gran cartel del joven Burt,

Portada de Definitely Maybe, de Oasis. 1994. Foto de Michael Spencer Jones.

y la devoción de Elvis Costello, que grabó con él en 1998 el disco Painted from Memory, con canciones creadas en colaboración para tal ocasión, (21 años después de sus últimas grabaciones), y en 1999 The Sweetest Punch, con el guitarrista Bill Frisell como tercero en concordia, en onda jazzística.

Así que, amable, mucho; fácil, para nada. Fue un compositor para todos los públicos (no para marujas, ni para adolescentes calenturientos, ni para jóvenes airados, ni para radiofórmulas, ni para orquestas de cruceros), con asombrosa capacidad de creación de hermosas canciones, emocionantes y delicadas. Un compositor y arreglista de música popular adulta de primera categoría, indisolublemente ligada a la cultura norteamericana de los 60 y 70, pero perdurable dentro de los standards y el imaginario sentimental de toda la cultura musical occidental.
Burt Bacharach en 2009.
Lo que llamamos todo un clásico .

2 comentarios:

  1. Grandísimas canciones aparentemente sencillas.

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  2. Auténtica música popular. Todo el mundo la conoce y la tararea, aunque desconozca su autor.

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