Después de pasarse la vida en el constante traqueteo de ir y venir dos veces cada día de Bilbao a Zaragoza pasando por Logroño, sentó la cabeza en la boca de una acequia en el meandro de El Cortijo sin otra ocupación que ver pasar el agua cuando la había.
F.G. Lugar de encuentro. Trevijano de Cameros. 08.2021.
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