martes, 18 de junio de 2019

Un retrato desconocido de Giacometti


F.G. Retrato de Alberto Giacometti encontrado por Jean Dubuffet. 06.2019.
El hermoso mazacote de roca volcánica llegó a casa como pesado recuerdo de un viaje al Etna, poco después de su anteúltima erupción. Su apariencia informe, magmática, y su incierto color, eran una fuente discontinua de esporádico entretenimiento, que, depositada sobre la tierra de una maceta grande como improbable abono, no pedía pan y dormía un placentero sueño acorde con la profundidad de su origen.
F.G. Retrato de Alberto Giacometti encontrado por Jean Dubuffet. 06.2019.
Unos días era nube de tormenta, otros confuso bodrio por embutir o el resto a escala doméstica de una catástrofe natural de las que llenan los programas que alguna vez merecieron el nombre de informativos.
Alberto Giacometti fotografiado en su estudio por Alexander Liberman.
Pero si se ponía de pie sobre su eje vertical aparecía inmediatamente el retrato de Alberto Giacometti, hecho y rehecho y deshecho y vuelto a rehacer a la búsqueda de la expresión atormentada y placentera, ígnea y balsámica, informe y realista que siempre bulló en su mundo interior y que supo transmitir a buena parte de su obra. Solo había que mirarlo a través de los ojos de Jean Dubuffet.
F.G. Retrato de Alberto Giacometti encontrado por Jean Dubuffet. 06.2019.
Para ponerlo definitivamente en pie conté con la colaboración inapreciable de otro gran escultor interesado por el hierro y el fuego, José Carlos Balanza, que lo hizo todo fácil y posible: cortar y soldar el hierro para la doble peana-mastaba, tan frecuente en las obras de Giacometti, y perforar el resistente tocho para incrustarle una especie de médula cervical que mantuviera su mirada fija en el horizonte y en quienes lo habitamos.

F.G. Retrato de Alberto Giacometti encontrado por Jean Dubuffet. 06.2019.
Así hemos ganado un interlocutor firme y con opiniones de peso.

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