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Rosa Castellot. La vaguada de noche, 2015. Grafito sobre papel Arches, 60 x 80 cm. |
Esta tarde, a las ocho, se inaugura en la Sala Amós Salvador, de Logroño, Una rosa Amarilla, la exposición de las artistas Rosa Castellot, Natividad Bermejo, Teresa Rodríguez, Antonia Santolaya, Blanca Navas y Marta Beceiro que ha comisariado Susana Baldor.
Este es el texto que he escrito como apertura y saludo del catálogo:
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Teresa Rodríguez. Veografía, (Serie. 2008 a 2016). Fotografía impresa sobre papel Harman de algodón mate, 100 x 66,67 cm. |
Aunque han sido muchas y excelentes las mujeres (artistas, comisarias, galeristas, gestoras culturales, pedagogas, críticas,…) que han ido pasando por la Sala Amós Salvador a lo largo de sus veintinueve años de actividad continuada, mostrando su rico trabajo creativo y demostrando su inteligencia y capacidades, queda en el viejo equipo gestor de Cultural Rioja cierta sensación agridulce por no haber sabido hacer lo suficiente, por no haber conseguido darles el necesario protagonismo como para demostrar en este espacio de belleza, reflexión y sosiego que ellas son, por méritos propios, “la mitad del cielo”.
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Natividad Bermejo. Near Bagdag. CNN. Invasión de Iraq, 2003-2007, Gouache, grafito y pastel sobre papel, 141,5 x 220 cm. |
La actitud era inmejorable, porque también en la gestión diaria y estratégica de nuestro humilde proyecto cultural los papeles han tendido a la paridad y el equilibrio: teníamos esa intención y esa voluntad, pero nuestras limitadas posibilidades dentro de la “institución arte” solo han dado de sí lo que queda en nuestras publicaciones y, sobre todo, en la memoria de nuestros espectadores.
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Antonia Santolaya. Palabra dada. 2011. Acrílico sobre
cartón, 195 x 125 cm. |
Esta exposición, Una rosa amarilla, actualiza y concreta ese viejo compromiso en el trabajo de seis mujeres artistas vinculadas por su relación con La Rioja, donde algunas han nacido (aunque hayan optado por otros horizontes y posibilidades de expresión) y otras la hayan elegido por los avatares de la vida, acabando por parecerles un buen lugar donde desarrollar su trabajo creativo. Ni esa anécdota biográfico-geográfica ni sus diferentes intereses generacionales han determinado su modo decididamente individual de afrontar el arte, y una visión atenta de la obra expuesta revelará que, como en el mejor arte, hay un vínculo estrecho entre creación y vida personal, especialmente significativo cuando los componentes esenciales y específicos de cada biografía son asumidos y reivindicados también en la práctica artística, como suele suceder en el arte hecho por mujeres.
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Blanca Navas. Paseo para ser, 2017. Escultura sobre
modelo. Papel de grabado modelado. 100 x 90 cm. |
Esa “mitad del cielo” no renuncia a explicar el universo completo y toda la riqueza de la diversidad afrontando de manera multidisciplinar sus necesidades expresivas individuales, con el estimulante resultado de la gran variedad de técnicas, intenciones, soportes o formatos. Aquí están, si se sabe mirar, la emoción, el estímulo y la revulsión; lo fragmentario y lo global; lo micro y lo macro; el ensimismamiento, la narración y el deslumbramiento; la representación mimética de la realidad y la creación mental; lo doméstico, el paisaje placentero cargado de memoria y la ampliación desasosegante de la violencia criminal; la memoria y la vivencia inmediata; la aspiración personal y la lucha colectiva de las y los iguales.
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Marta Beceiro. De la serie Lo viejo. 2010-12. Cuaderno de dibujo. Bolígrafo, grafito y tinta. 20 x 15 cm. |
Una rosa Amarilla, la exposición de las artistas Rosa Castellot, Natividad Bermejo, Teresa Rodríguez, Antonia Santolaya, Blanca Navas y Marta Beceiro, comisariada por Susana Baldor, se nos ha planteado con la exigente aspiración de ser más que un espejo de la realidad, postulándose como una belleza agregada al mundo. Pasemos y veamos.
Una estupenda presentación para la que promete ser una no menos estupenda exposición.
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