"Lo más bello es el futuro. La lástima es que se encoge." Esta luminosa (e inagotable) verdad repetía a menudo Marie-Laure de Noailles, una artista todavía por descubrir y ahora -gracias al libro de Victoria Combalía "Musas, mecenas y amantes. Mujeres en torno al surrealismo"- conocida como pródiga impulsora de las vanguardias que agitaron Francia entre 1925 y 1950. Buñuel, Man Ray, Dalí, Max Ernst, Cocteau, Óscar Domínguez y una legión de arquitectos, jardineros, bailarines y músicos estuvieron entre sus selectos protegidos.
Man Ray. Marie-Laure de Noailles vestida para una mascarada maritima. 1929.
Ella lo tuvo claro y vivió en consecuencia, practicando con el ejemplo y sin ninguna gana de morir.
Man Ray."Les Mystères du Château du Dé". 1929.
En esta película de Man Ray se puede ver que, a pesar de la certera máxima de la generosa benefactora, su distinguido grupo no esperaba al futuro y apostaba por llevarse la vida por delante.
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