oigo los pasos que cruzan el jardín
y se alejan. Me alcanza el minucioso
crujido de la grava, la extensión
del unánime silencio posterior.
Siento tu mano abierta sobre el pecho,
tu mano que desciende y me busca,
y, al mismo tiempo que me vuelvo
y yo también te busco, sé
que este deseo, como los demás,
alguna vez se habrá cumplido.
Después será la sombra que atraviesa
en la noche un jardín y sigue su camino."
F.G. El cielo sobre Logroño el 3 de agosto de 2014. |
Buen viaje, querido Pepe.
Hiciste la ciudad más habitable.
Emoción!!!
ResponderEliminarPoesía en lo cotodiano.
Teresa R