viernes, 16 de mayo de 2025

sonidos, aromas, memoria...

F.G. Fragmentos de tela y papel recogidos en la Galería de los Tesoros del Templo Horyuji, de Nara. Museo Nacional de Tokio. 03.2024.
(...) "Al entrar en el estudio Murai, el profesor entregaba personalmente una navaja plegable Opinel para afilar los lápices, que llevaba el nombre del nuevo miembro del equipo grabado en el mango. Cuando los lápices eran ya demasiado cortos, había un surtido de soportes extensores de la marca Lyra para poder seguir usándolos y, cuando ya solo quedaban dos centímetros de grafito, se metían en un gran tarro de cristal de los que se usan para hacer licor de ciruelas. Cuando el frasco se llenaba, se añadía a la fila de tarros de cristal  repletos de restos de lápices sobre un estante junto a la chimenea. Ya había siete. 
F.G. Fragmentos de tela y papel recogidos en la Galería de los Tesoros del Templo Horyuji, de Nara. Museo Nacional de Tokio. 03.2024.
Tanto en Kita-Aoyama como en Aoguri, la jornada comenzaba con el sonido del equipo afilando los lápices. La primera vez que lo vi, pensé que era una buena manera de dar comienzo a la mañana. Tal como pasa con el aroma del café, el penetrante olor a madera de los lápices al ser afilados penetraba hasta el meollo de las cabezas somnolientas. Y el ruido de la hoja de metal raspando la madera —cric, crac, ris, ras— servía para encender el nervio auditivo." (...)

Masashi Matsuie. La casa de verano. Libros del Asteroide, 2025.
F.G. Fragmentos de tela y papel recogidos en la Galería de los Tesoros del Templo Horyuji, de Nara. Museo Nacional de Tokio. 03.2024.


1 comentario:

  1. El otro día, cuando hiciste mención también de La casa de verano, la busqué y la compré. Me ha gustado muchísimo y uno de los fragmentos que me encantó fue este de los lápices que pones hoy en miracomosuena. Yo también voy a hacer eso, porque guardo los restos de lápices, pero no se me había ocurrido ponerlos en un bote de cristal.

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