Ansel Adams. Mount Williamson, Sierra Nevada, visto desde Manzanar, California. 1944. |
"Sobre la inmensa y árida planicie
hay una tumultuosa mortandad de piedras.
Están allí como recién caídas.
Sus cuerpos redondeados como cráneos
cayeron anoche
gimiendo, entrechocándose,
lastimándose.
Persiste un aire de larga agonía: acaso
murieron buscándose o llamando parientes.
Sólo el Monte Williamson,
que vela siempre a lo lejos,
fue testigo del resonante desplome.
Ya es el amanecer
y hay un aterrador silencio en la planicie.
Busca con cuidado entre las piedras:
acaso haya alguna que todavía no muere
y te diga
quiénes son los condenados de la próxima caída."
hay una tumultuosa mortandad de piedras.
Están allí como recién caídas.
Sus cuerpos redondeados como cráneos
cayeron anoche
gimiendo, entrechocándose,
lastimándose.
Persiste un aire de larga agonía: acaso
murieron buscándose o llamando parientes.
Sólo el Monte Williamson,
que vela siempre a lo lejos,
fue testigo del resonante desplome.
Ya es el amanecer
y hay un aterrador silencio en la planicie.
Busca con cuidado entre las piedras:
acaso haya alguna que todavía no muere
y te diga
quiénes son los condenados de la próxima caída."
José Watanabe. Sobre una fotografía de Ansel Adams (Monte Williamson, California). Recogido en La piedra alada. Ed. Peisa. Lima, 2010.
Ansel Adams. Mount Williamson, Sierra Nevada, visto desde el valle de Owens. California, 1944. |
nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti
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