F.G. Árbol de ferretería. Fotos del proceso de elaboración. Ensamblaje de objetos encontrados. 06.2019. |
Su forma espiral recordaba a las esculturas sin fin de Brancusi, con su ilimitada ambición de infinito, repitiendo un módulo básico de forma sistemática e intención inacabable.
Al chatarroso tornillo, con su hélice cargada de adherencias y abundantes restos de pintura, solo le faltaba lo que cualquiera necesita: una razón de peso que lo mantuviera vertical, con los pies bien asentados en el suelo,
porque se puede tener, como dice la canción de Kiko Veneno, "la rosca sin fin", pero es imprescindible mantenerse a la vez libre y firme, de pie.
porque se puede tener, como dice la canción de Kiko Veneno, "la rosca sin fin", pero es imprescindible mantenerse a la vez libre y firme, de pie.
Para la difícil misión, que imaginaba como un cilindro de cinco centímetros de diámetro y aproximadamente la misma altura soldado a la base, conté con la productiva complicidad del escultor José Carlos Balanza, que encontró un resto de una obra suya de mucho mayor mérito y enjundia, y tras soldar las piezas limpió y talló el encuentro con la radial con un resultado que superaba mis difusas espectativas.
Aquella "talla" traía a la memoria los trabajos de Giuseppe Penone desbrozando los troncos de los árboles hasta encontrar su belleza esencial: el árbol que hay dentro del árbol que vemos.
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