jueves, 29 de mayo de 2014

El campanero

Eustasio Villanueva. Campanero en la torre de San Gil, de Burgos, con la catedral al fondo. Circa 1920.
Aportado por una gentil viajera, llega hasta miracomosuena el sonido de las campanas portuguesas de la Sé de Lamego, tocadas para llamar a misa la tarde de un día de labor cualquiera.

Campanas de la Sé de Lamego (Portugal) 02.05.2014.
Grabación de Helena Jiménez Gestal.

Tras su alegría apremiante se aprecia la obstinación de un campanero, que percute irregularmente sobre el labio de dos de ellas con sus correspondientes badajos. Estamos ante un ejemplo de repique manual -pertinaz y machacón-, muy controlado por la intención del intérprete y al servicio del anuncio que quiere trasladar a la colectividad del entorno.
Fundición de campanas. Grabado de La Enciclopedia de Diderot y D´Alembert. 1751-80.



Es un toque esencialmente distinto del volteo, en el que la campana gira completamente sobre sí misma -en una dinámica generada por el arriesgado empuje del campanero sobre el "yugo" de madera que contrapesa y equilibra al bronce-, produciendo un sonido aleatorio y de mayor resonancia y efecto, generado por el ligero vuelo del pesado armatoste.
También está la opción del balanceo, oscilante y monótona, como de a diario, de andar por casa.
Parte de las instrucciones para construir un campanario.
Grabado de La Enciclopedia de Diderot y D´Alembert. 1751-80.

Todas esas sabidurías (con sus toques precisos, como mensajes cifrados para la feligresía) y los correspondientes puestos de trabajo (a tiempo parcial o pagados en especie, eso sí) de este sonado gremio, fueron arrumbados hace tiempo por la electrificación de los campanarios y la programación de los toques a través de relojes, motores, electromartillos y ordenadores.
Características sonoras de las campanas. Grabado de La Enciclopedia de Diderot y D´Alembert. 1751-80.

Quede aquí el testimonio de este sonido en vías de extinción paulatina, como lejano eco de campana.







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