martes, 7 de mayo de 2024

Las cancioncillas de los ruiseñores

William Eggleston. Sin título. De la serie ‘Los Álamos’, c.1965-1968.

(...) “Ahora hay golondrinas lanzándose en picado alrededor de la casa. Creo que están cazando insectos. Hay al menos tres o cuatro. Tal vez hasta seis. Son de un color entre óxido y azul. Son muy rápidas. Son como pequeños aviones a reacción. Vuelan en círculos y descienden en picado. Es imposible ver los insectos a los que persiguen. Podrían ser imaginarios, pero no lo son.
De hecho hay montones, el aire está lleno de insectos, pero nosotros no los vemos. El día es caluroso y claro, y hay una ligera brisa. De vez en cuando aparece algún ruiseñor que desciende, aterriza y canta su cancioncilla. Una cancioncilla que imita. Un cancioncilla que ha aprendido en algún lado. Hay pajarillos extraordinarios. Solía levantarme con el canto de los ruiseñores. Solía acostarme con el canto de los ruiseñores. Cantaban canciones que se habían inventado. Por las noches desde los postes de la luz. Un pajarillo caprichoso. A cualquier hora del día. Desprenden cierta melancolía. Para mí desprenden cierta melancolía, pero no es triste, sino simplemente típica. Un pájaro típico de un lugar, eso es todo. Un lugar en el tiempo.” (...)

Sam Shepard. Espía de la primera persona. 
Traducción de Mauricio Bach. Anagrama. 2024.
William Eggleston. Sin título. c. 1970-73.

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