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Robert Frank y su vieja cámara Leica, fotografiado en 1954 por Fred Stein. |
No aspiraba a otra cosa que a reflejar "lo que veía, pura y sencillamente”. Y acertó de tal manera que Jack Kerouac dijo en el prólogo para su libro Los americanos (1959) que Robert Frank había absorbido y conseguido plasmar en ochenta y tres disparos el triste poema de los USA.
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Robert Frank. Desfile en Hoboken, New Jersey. 1955. |
Tras ser el fotógrafo más influyente e imitado durante varias décadas decidió desaparecer, al considerar que el tipo de fotografía que había ayudado a crear había perdido su interés por haberse quedado vieja. "Ya no tiene sentido para mí, y no me satisface seguir haciéndolo. Hay demasiadas fotos ahora. Es abrumador ".
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Robert Frank fotografiado en 1994 por Barry Kornbluh. |
Y volvió a acertar, seguramente.
Decía y llevaba a la práctica aquello de que "el ojo debería aprender a escuchar antes que a mirar". Sus fotos sonaban siempre: directo, crudo, verdadero,...
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