Félix Vallotton. La tercera galeria del Théâtre du Châtelet. 1895.
La historia se ha vuelto a repetir. La chocante novedad de la primera vez le dio a la calamidad cierto aire de tragedia. Su chusca repetición estos días la convierte en lamentable sainete que explica muchas cosas de la miserable comedia humana. No se puede ir con según quién a según qué sitios para hacer según qué cosas.
Pierre Bonnard. El palco del teatro. 1908.
La justificación de la traición, por verboso que sea el autoindulgente argumentario que se nos viene encima, se puede encontrar en el viejo cuento que tan bien aclara el oscuro terreno de lo patológico: «No he tenido elección; es mi naturaleza».
Félix Vallotton. Palco en el teatro: el caballero y la dama. 1909.
Animo, Pablomanuel, que no hay dos sin tres
ResponderEliminarSiempre a su puta bola
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