Mezquida, Chicuelo y De Mode. Foto de Oliver Adell. |
Vinieron a Logroño Juan Gómez “Chicuelo” y Marco Mezquida, muy
bien acompañados por el percusionista Paco de Mode, para presentar su disco Conexión, y la noche
resultó mágica, con los músicos emocionados y el público puesto en pie, fundidos
en una larguísima ovación. Todo lo que tocaron sonó inspirado: poderoso, solemne
y compacto, pero sin dejar de ser ni por un momento delicado, sutil y fresco.
Sería fácil hablar de antecedentes en la generadora convivencia
entre el flamenco y el jazz, de Tomatito y Michel Camilo, de Chick Corea, de
las distintas formaciones que fueron saliendo del sexteto de Paco de Lucía, pero
la conexión entre Chicuelo y Mezquida es otra cosa. Es la unión de dos músicos
de espíritu libre que crean y se apoyan en las cualidades del acompañante al
que consideran su igual, enriqueciendo y haciendo más complejo un resultado que
se sale de lo previsible. Sin barreras, sin fronteras, sin cálculo, todo
apostado a la curiosidad y al crecimiento recíproco. Y el resultado es algo
nuevo, distinto, propiciado por el Taller de Musics de Barcelona, laboratorio y
espacio de libertad que facilita el reunirse y circular sin prejuicios.
El viejo concepto de “fusión” queda obsoleto, desbordado por
esta pujante realidad que parte en esencia de referencias a formas rítmicas y
de compás flamenco (bulerías, rumbas, seguiriyas, tangos,…) pero con desarrollo
armónico y melódico jazzístico. Un árbol de raíz y tronco flamencos y hojas y
frutos de apariencia, colorido y sabor muy diversos, tanto como los perfiles y
hechuras del jazz contemporáneo.
Lo que pasó sobre el escenario del teatro Bretón estaría
bien descrito recurriendo a algunas de las palabras utilizadas por Marco Mezquida en las
introducciones de los temas: cálido, energético, cardiaco, sofisticado,...
El trío funcionó unas veces como delicado recreador de
ambientes, muy descriptivo (moviéndose a gusto en un lugar impreciso pero
amplio y hermoso donde se encuentran creadores de la órbita de Pat Metheny o
Ralph Towner), ampliando el colorido de los instrumentos percutiendo o rasgando
las cuerdas del arpa del piano, mediante campanitas y por el brillante uso que
de la percusión hizo en todo momento Paco de Mode, que sacó del cajón peruano
una inagotable cantidad de matices y gusto.
Otras veces sonaron como un trepidante engranaje de precisión
pleno de brío y compás, brillante, con melodías luminosas (como la bulería titulada
Al sol, un tema con madera de éxito perdurable que tiene todas las cualidades
de una buena sintonía), piezas ideales para ser bailadas -por quien sea capaz y
se atreva, eso sí- como una suite, como un ballet completo.
Chicuelo estuvo en
todo momento muy flamenco, en equilibrio perfecto de técnica y sentimiento,
sofisticado, inspiradísimo y veloz, muy cantábile,
delicado y poderoso a la vez, muy expresivo, acentuando la melodía bajo su
impecable compás , sirviendo de soporte y arrastrando a Marco Mezquida, que, como siempre, fue un torrente de emoción y
ritmo, vertiginoso cuando era necesario pero transmitiendo igual de bien en los
momentos de calma y en los tiempos medios, evocador, romántico, con la capacidad
para regresar de los abismos sentimentales en una vuelta de piano, retomando el
ritmo, lleno de swing, sobre el que Chicuelo podía puntear frenético.
El invitado Paco de
Mode fue una gratísima sorpresa, impecable y discreto, preciso,
imaginativo, y aprovechando en la rumba Engaño (un tema riquísimo, que vale un
concierto) o en la culminación de la seguiriya “Lenta, andante y trepidante” para
brillar más por estar en primer plano, aunque siempre lució igual de eficaz.
Chicuelo, Mezquida y De Mode. |
Chicuelo, Marco Mezquida y Paco de Mode
"Conexión"
Ciclo de jazz de Cultural Rioja
24.05.2018
Teatro Bretón. Logroño