miércoles, 28 de febrero de 2018

Libertad de expresión

La obra de Santiago Sierra en la feria ARCO 2018. Foto Fernando Villar.

La feria ARCO 2018 sin la obra de Santiago Sierra. Foto Isabel Permuy.
La verdad es que, aquí, responsable, lo que se dice responsable..., ni la empresa anunciadora ni el maestro armero.
F.G. Después de haber visto a Santiago Sierra. 02.2018.

martes, 27 de febrero de 2018

Velay

No sé cuál ha sido el mejor chiste de nuestro querido Forges, ni siquiera el que más me ha gustado. Pero el que más tiempo me ha acompañado, en todos los lugares de trabajo - durante décadas, sin exagerar - es este:

El humor es un arma saludable y cargada de futuro, y para que funcione a pleno rendimiento nada mejor y más eficaz que empezar por reírse de uno mismo.

Gracias por la risa. Y por la luz.
Has sido una persona "formideibol".

Y con muy buen oído.

lunes, 26 de febrero de 2018

Niño de Elche

F.G. Perro verde. Collage de palabras e imagen encontradas. 02.2018.

El nuevo disco de Niño de Elche, Antología del cante flamenco heterodoxo, es extraordinario por muchos motivos: un revolucionario en estado de gracia haciendo cuanto puede para no dejarse asimilar por las nuevas "cátedras", para resultar incomodo (y no acomodarse) al gusto de los cabildos antiguos o modernos.



Cuando los géneros se quedan pequeños hay que beber en las más diversas fuentes. De las aguas más profundas.


sábado, 24 de febrero de 2018

Con un 6 y un 4...

...hago la cara de mi retrato.


Nati Bermejo. Madame Lamort et Monsieur. 1993.
Ya he llegado.
Tómate algo a mi salud.

viernes, 23 de febrero de 2018

A sus pies


F.G. "Manu". Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2018.
miracomosuena, siempre tratando de dar gusto a las señoras dentro de sus cada vez más limitadas posibilidades, se complace en presentar a través de la pantalla amiga el avance de su colección de zapatos de primavera compuesta por prototipos viables, de precio asequible, muy de andar por casa, bastante sostenibles a pesar del taconazo, muy “ponibles” con cualquier cosita y con la manifiesta voluntad de responder perfectamente a la aspiración generalizada entre los zapatos de quedar tan bien y ser tan cómodos como un guante.
F.G. "Lolo". Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2018.
Son muy adaptables, flexibles, ahormados a voluntad (a través de ese objeto que se encuentra igual de a gusto en un gabinete de tortura o en la colección de juguetes de un fetichista) pero sin renunciar a lo emperifollado y lo llamativo, porque la elegancia (y la moda, su hija bastarda y consentida) empieza, como bien saben nuestras lectoras, por los pies.
F.G. "Emmanuel". Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2018.
Los hay leves como plumas, aerodinámicos, como para echarse a volar con las cualidades de los pájaros, y los hay más terrestres, muy naturales, acordes con los productos de la temporada, siempre vistosos y coloristas, con su puntito exuberante, “carmenmirandianos” podríamos decir.
F.G. "Manolito". Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2018.
Aunque unos son criaturas del aire y otras del árbol (que también es como ser del aire, pero “condicionado” por sus firmes raíces en la tierra), todos son versátiles, adaptables con un pequeño implante complementario, con cualquier cosilla que encuentres por casa, a las largas jornadas de trabajo de la mujer moderna (y con trabajo) o a la noche procelosa y llena de peligros y alegrías.
Planos o vertiginosos, siempre son llevaderos si los pies te lo permiten, y tan evocadores que igual te llevan a acordarte de los escudos de las legiones romanas que del resistente y elástico pellejo de un reptil en vías de extinción.
F.G. "Manolete". Ensamblaje de objetos encontrados. 02.2018.
El dinero ya no será nunca más un problema: aprovecha la pluma de la caza y la piel vegetal biodegradable y ¡¡¡a triunfar!!!

jueves, 22 de febrero de 2018

La música y las letras

José Miguel León. Antepecho déco en balcón de Barcelona. 

El descreído Emil Cioran preguntaba en sus Silogismos de la amargura: "¿Para qué releer a Platón cuando un saxofón puede hacernos entrever igualmente otro mundo?"
Más allá de la "ocurrencia", se ve que era de la misma opinión que muchos otros melómanos que minusvaloran - o, directamente, desprecian -, al grito de "las letras, para los que no entienden la música", todo lo que no sea estrictamente "musical". Como si las palabras, cuando son las adecuadas, carecieran de esa cualidad. 
Günther Kieser. Cartel con corneta para el Jazz Festival Frankfurt. 1978.
Pero puestos a despreciar, pocos tan radicales como el propio Platón, que propuso expulsar de la República a los poetas, mientras consideraba a la música esencial para la formación de los jóvenes en el camino hacia la virtud y la belleza. Y dentro de la música, en pie de igualdad con la armonía y por encima del número (el ritmo, diríamos hoy), las palabras.
Paul Colin. Cartel. París, circa 1930.

Aunque no fuera más que por el placer de escuchar a algunos extraordinarios cantantes ha de considerarse un acierto la productiva mezcla de música y palabras que llamamos canción, inagotable fórmula de éxito. 


Sirva como muestra este Fine and Mellow, escrito y cantado por Billie Holiday y acompañado no por uno sino por cuatro saxos (Coleman Hawkins, Lester Young, Ben Webster y Gerry Mulligan) entre otros portentosos maestros. La canción, de 1939, ya denunciaba un tema tan clásico como vergonzoso: la violencia doméstica, más o menos consentida. 
Jim Marshal. John Coltrane tocando el saxo soprano. Circa 1960.
Las letras también nos desvelan "otros mundos". Como Platón. Como Cioran. Como John Coltrane.

miércoles, 21 de febrero de 2018

¡Lo que hay que oír!

"Hay que joderse." Collage de palabras encontradas. F.G. 01.2018.

martes, 20 de febrero de 2018

María Mezcle, sin trampa ni cartón

María Mezcle.
El flamenco es una de esas músicas en las que una actuación en directo supera casi siempre a las grabaciones discográficas, sometidas con demasiada frecuencia y cada vez más a los cambiantes gustos de la efímera moda, o a la búsqueda del incierto éxito comercial por parte de la compañía editora o al gusto no siempre acertado del productor artístico, que o no da en el clavo o directamente se pierde en la labor y hace naufragar al artista y su proyecto entre los medios del estudio. Pero el directo es otra cosa: sin trampa, sin cartón y por derecho. Y así compareció el pasado jueves en el salón de columnas del Teatro Bretón la cantaora María Mezcle, excelentemente acompañada por el guitarrista Paco Cortés, y en estado de buena (y avanzada) esperanza. Y con muchas ganas. ¿Para qué más?
Felipe Pedrell. Recopilación de "cantos andaluces". 1905. 
Empezó María Mezcle muy valiente por tonás y cantes de trilla, con un arrojo sorprendente, presentando su poderío y cualidades por todo lo alto, en plenas facultades y sin amplificación, con detalles preciosos de vibrante fragilidad en los momentos de afinar y templar la voz. Siguió con una farruca llena de musicalidad, con una dicción clara, limpísima, ralentizando el compás  hasta aproximarla a los tangos. Después una bulería por soleá en la que la compenetración entre cantaora y guitarrista se hizo maravilla desde la larga presentación y pasando por cada uno de los cambios y falsetas hasta el apoteósico final. Continuó con cantes de Cádiz, muy contenidos al principio para ir creciendo en ambición y entrega, llena de gracia y chispa, acordándose, para homenajearlos, de Pericón, Chano, La Perla y los cantaores antiguos. Cortés, como siempre, derrochó imaginación, elegancia, variedad, virtuosismo y compás, mucho compás. Después afrontó una larga colección de seguiriyas, preciosas desde los quejíos  iniciales -trenzados con la luminosa entrada de la guitarra-, dolientes, con sabor antiguo, muy largas, dramáticas, llenas de variantes e imaginación y alardeando de capacidad melismática y arrojo. ¡Qué valor! ¡Y qué falsetas!
Paco Cortés.
Tras unos punteos de presentación muy morunos, cantó María una larguísima tanda de tangos granaínos por los que fueron pasando las creaciones de la tía Marina Habichuela, Morente y La Repompa, llenos de gracia sensual y compás, siempre muy gitanos, como aprendidos en plena zambra con total naturalidad. Destaco de entre muchas otras una preciosa letra: “A la orilla de un rio / yo estoy lavando / y al compás de las aguas / canto mis tangos. / ¿Qué tiene el agua? / ¿Qué tiene el rio? / No sé que tiene tu cara / que a mí me quita el sentío.” A Paco Cortés se le sentía, ciertamente, tan a gusto como en casa, y María Mezcle cerró la serie como la empezara, incitando al personal con aquello de “Para que veas que yo a ti te camelo / coge la senda y vente p´acá.” Un insinuante paréntesis “de ida y vuelta”, cabría decir.
Lucien Clergue. Gitanos.
El concierto siguió creciendo hasta el final con un amplio surtido de muy variadas bulerías, muy festeras, llenas de intención, “cupleteando” con solvencia y atreviéndose a bailar (muy bien) mucho más allá de lo que pareciera razonable en su estado, desafiando simultáneamente a la fuerza de gravedad y a tan avanzada gravidez. La serie de bulerías fue tan rica que cupo entre ellas hasta un fandango (“(Lo supe por un almendro) / Que la apariencia engañaba, / que echaba blancas las flores / y almendras que me amargaban / como amargan tus amores.”) y Cortés volvió a derrochar ritmo y compás, seguridad y lucidos adornos.
Para terminar, María Mezcle volvió al escenario para regalarnos la bulería de su bisabuelo Mezcle, recreando muy bien cantadas unas coplas zumbonas y graciosas, pura chufla, con su puntito cruel y “malafollá”, para que no faltara de nada.
Sevilla. Una juerga. de la serie Costumbres andaluzas.
Una buena noche de flamenco. Vivo y directo. Sin trampa ni cartón. Y con muchas ganas. 


Otras crónicas flamencas de 2018:


lunes, 19 de febrero de 2018

Cien años y un dia




"En el silencio de la tarde, 
bajo un ramaje de sombras, 
siente en los brazos la alegría
de estrechar a su hijo que duerme,
la joven madre.

Cuando ese
 montoncito de besos se despierte,
antes de ver la sonrisa que para él es el mundo,
verá el azul de la blusa
que cubre el seno donde descansa su cabeza.

Así como hasta ahora yo no lo sabía
-y era una diaria pregunta-
él tampoco sabrá, cuando crezca,
por qué es que el color azul
le recuerda una antigua suavidad,
le recuerda un blando calor,
por qué le recuerda el color azul
la claridad de un perfume,
por qué le gusta, por qué ama,
por qué le habla, por qué le sonríe
al color azul."

Geraldino Brasil. Explicación del color azul. Versión de Jaime Jaramillo Escobar. (Recogido en Poemas útiles. Pre-Textos, 2003)




F.G. Mantente en pié y bien tieso. 
Ensamblaje de objetos encontrados. 08.2017.

viernes, 16 de febrero de 2018

Luis García Montero, abierto de par en par

Fotografía de autor anónimo de un panel informativo en Ribadeo. 08.2017.

El poeta Luis García Montero ha tomado prestado el título A puerta cerrada de la obra de teatro de Jean-Paul Sartre para su último poemario, en el que conviven los infiernos ajenos y los propios, las consideraciones sobre las derrotas y las crisis colectivas y las personales, sobre la política y el amor.
En su reciente visita a Logroño leyó varios poemas de los que os traigo Vigilar un examen, en el que mientras pastorea, desolado, a un grupo de alumnos que rinden cuentas de lo que no saben de la historia de España, pasa revista a su propia vida y a su evolución personal en un país incorregible. Una evaluación de la propia conciencia en la que se puede oír al fondo, clara y distinta, la voz de Jaime Gil de Biedma.


Luis García Montero. Vigilar un examen. 
Ateneo Riojano. Logroño, 22.01.2018.

Xavier Miserachs. Clase de gimnasia. Barcelona, 1967.

"Ser dos ojos
que deben contemplar la triste historia
del joven español que se hace viejo.
Al fondo de la clase,
un murmullo de himnos, canciones y protestas.

Miro en aquel pupitre
a ese niño que fui. Estaban las preguntas
en un folio marcado con yugos y sotanas.
De memoria sabía
rezar, callar, decir que sí, perdón,
no me lo tome en cuenta.

Me veo adolescente. El muchacho de al lado
aprendió sus lecciones. Yo procuro copiarme
para correr y luego
imaginar los ríos de montaña,
el agua pura
hasta donde no llegan las mentiras,
ni el privilegio impune,
ni la pobreza calculada
como una enfermedad de la nación.

En la última fila
rebusca en su libreta el joven descarado
que ya no tiene miedo,
que no soporta el gris,
que no piensa perder porque desprecia
las mentiras ocultas en las buenas palabras
y en los malos silencios.

Vigilar un examen
sobre historia de España. Ser dos ojos
de persona mayor
doctorada en antiguas esperanzas
que una vez más observa
la fatuidad, la corrupción, la falta
de pudor en los jefes de la tribu.

Nada me cansa más
que corregir exámenes. Ver cómo pasa el tiempo,
envejecer, sentirse tachadura
sobre papeles amarillos,
víctima y responsable
de un amargo suspenso general."

Luis García Montero. Vigilar un examen. (Recogido en A puerta cerrada. Visor, 2017)


José Manuel Navia. Nostos. 2013.


jueves, 15 de febrero de 2018

Tráfico

Terry Haggerty
Si cuando, tras armarte de valor, decides cruzar la calle prudentemente por un paso de cebra, y coincide que aparece a todo meter un neotractor blindado de esos tan de moda y tan caros que han colmatado las ciudades en estos tiempos de crisis, y, sin parar para facilitarte el paso como cabría esperar de la urbanidad hecha norma, sigue recto y te mira displicentemente, como recordándote que de haber querido podría haberte atropellado más o menos impunemente, no debes enfadarte porque no es para tanto, ya que, a efectos prácticos, piltrafilla peatonal, no te ha pasado nada porque el magnánimo condotiero te ha perdonado la vida.
Terry Haggerty. Angular frequency. 2018.
Si, además, el piloto acorazado hace un leve gesto indolente con la mano que le deja libre el teléfono, como aquel que quiere hacer como que se disculpa por la invasión de tu derecho preferente, tal circunstancia no habrá de considerarse como una tomadura de pelo añadida, sino más bien como un valor de mérito atenuante.
Terry Haggerty. Surge capacitor. 2018.
Pero si, por un momento, la preocupación apareciera en el rostro del gran timonel como reacción incontrolada a la sorpresa que tu invasiva presencia le ha causado, el pobre jinete motorizado quedará exonerado inmediatamente de cualquier responsabilidad, y tendrás que hacerle la ola, solo o en compañía de otros viandantes con los que hayas compartido el peligro y el milagro.

miércoles, 14 de febrero de 2018

martes, 13 de febrero de 2018

Elvira Valgañón: escuchar para contar

Caspar David Friedrich. Salida de la luna en el mar. 1822.
    
(...)"Seguro de sus propias certezas, Jacinto permaneció inmune a la curiosidad que despertó en el pueblo su regreso y nunca entró en las disputas de los del bar, que si venía de aquí o de allá, que si le habían oído hablar de Buenos Aires, que si había tenido negocios en Venezuela...
Atrincherado tras sus periódicos y sus anises, Jacinto escuchaba las historias que se contaban como el que oye llover. Solo una tarde, cuando ya se despedía, se quedó mirando hacia él, que fumaba solo junto a la estufa, como si algo le rondara la cabeza desde hacía tiempo.
- Y el mar ¿cómo es? - preguntó por fin.
Y él le contó el mar.
Jacinto, que había vuelto a sentarse, escuchó en silencio, asintiendo de vez en cuando y sonriendo a medias, como si sus palabras confirmaran al pie de la letra todo lo que él se había imaginado. Luego se levantó con aire satisfecho y marchó a casa tentando las paredes."(...)
Claude Monet. Tempestad en la costa de Belle-île. 1886
Este hermoso fragmento forma parte de Invierno, extraordinaria novela de Elvira Valgañón (Pepitas de calabaza, 2017) que nos cuenta, como quien cuenta el mar, una historia construida a partir de otras historias, un compendio de narrativa oral protagonizado por la memoria peregrina de un espacio imaginario y por un caudal de palabras tan precisas y eficaces como infrecuentes, que componen sabias expresiones ya perdidas salvo para la etnografía.
Historias habitadas por la cruda vida de un coro de personajes descritos con rigor esencial que vienen y van de y hacia un lugar alejado de todo, aunque no lo suficiente como para estar a salvo de las guerras generadas por lo poco que va quedando de un imperio colonial anacrónico, y, de su mano, la humillación, el miedo, el sometimiento, la decepción y la muerte. Vidas duras sumidas en un inclemente invierno perpetuo en el que, a pesar de la omnipresente atrocidad, siempre hay un resquicio por el que acaban colándose la ternura y la piedad.
Katsushika Hokusai. Bajo la ola de Kanagawa. 1825
Invierno, de Elvira Valgañón, es un ejemplo palpable del valor y el placer de contar, y la evidencia de la necesidad de saber escuchar otras voces para aprender a escribir con voz propia, de prestar atención al cuento ajeno (ese que se conserva y transmite limpio y engrasado como una trompeta heredada, esperando el momento oportuno para volver a salir a la luz), aprendido al amor de la lumbre en un mundo anterior a las devastadoras prácticas de la televisión, donde todavía tenían cabida la curiosidad y la imaginación.
Joachim Patinir. El paso de la laguna Estigia.1520-24.

lunes, 12 de febrero de 2018

El silencio de la nieve

Francisco de Goya. La nevada, o El invierno. 1786.

“Todos hemos sido testigos de la forma en que la nieve absorbe los sonidos. Silencio y nieve van siempre juntos; diríamos que la palabra «nieve» es casi un ensalmo creador de silencio; sin embargo, compartir la experiencia del silencio es algo muy distinto. Y si la nieve actúa como un espejo para quien la contempla, y éste puede reflejar el blanco y el negro, el silencio de la nieve actúa también como espejo acústico de nuestro estado interior. Puede ser nuestro silencio el que se refleje en el silencio, puede el silencio de la nieve tragarse todas nuestras vocales, todas nuestras consonantes, todo sonido, o puede extraer de él una música desconocida. El silencio de la nieve es un silencio recogido que parece prepararnos para un encuentro.”
Menchu Gutiérrez. Decir la nieve. Siruela, 2011.

Claude Monet. Camino nevado hacia Honfleur. 1865.


viernes, 9 de febrero de 2018

La sordera de Eric Clapton

Portada de Slowhand, de Eric Clapton. Diseño de El & Nell Ink. 1977.
Al parecer, y según confesión propia, Eric Clapton, uno de los principales y más influyentes guitarristas eléctricos del último medio siglo, aquel a quien se equiparaba con Dios en las paredes del "swinging London", el rápido "manolenta", el excelente compositor y notable cantante, se está quedando sordo, tiene tinnitus y sus manos apenas funcionan.


¿Qué se le pasará por la cabeza? ¿Cómo afrontará lo que le quede de vida?
Andrés Trapiello cuenta en Mundo es su angustia por la sordera creciente de su hijo, que le hará, prevé, "un hombre melancólico", y nos recuerda que JRJ decía "que los sordos no acaban de ver como todo el mundo una puesta de sol. ¿Cómo será ver un paisaje sin oírlo, mirar la cara de alguien sin saber cómo es su voz?"


¿Qué escuchará Clapton a partir de ahora dentro de su cabeza, además de zumbidos y chirridos? ¿Deja un músico de serlo?  Cuentan de Beethoven que, en sus años finales, aislado por la sordera hasta el punto de tener que recurrir a `cuadernos de conversación´ para relacionarse con sus pocos amigos, fue capaz de componer la Novena sinfonía, la Missa Solemnis y los últimos cuartetos para cuerda, considerados por la crítica entre sus mejores obras. Quizá no sea mala mezcla: talento, melancolía, ruido y rabia. Una mezcla productiva, si se llega a soportar.
Josef Danhauser. Mascarilla de Beethoven . 

jueves, 8 de febrero de 2018

La exasperación sonora de Cioran


"Nacido con un alma normal, le pedí otra a la música: fue el comienzo de desastres maravillosos..."

"Sin Bach, la teología carecería de objeto, la Creación sería ficticia, la nada perentoria. Si alguien debe todo a Bach es sin duda Dios."

"La música, sistema de adioses, evoca una física cuyo punto de partida no serían los átomos sino las lágrimas."

"Ninguna salvación es posible fuera de la imitación del silencio. Pero nuestra locuacidad es prenatal. Raza de charlatanes, de espermatozoides verbosos, estamos químicamente ligados a la palabra."

"En un mundo sin melancolía los ruiseñores se pondrían a eructar."

"Si debiera renunciar a mi diletantismo, me especializaría en el aullido."

"Fuera de la materia, todo es música: Dios mismo no es más que una alucinación sonora."

"Sólo el órgano nos hace comprender de qué manera la eternidad puede evolucionar."

"¡Qué tentación las iglesias, si en lugar de fieles hubiera únicamente en ellas esas crispaciones de Dios que el órgano nos revela!"


"Dos víctimas atareadas, maravilladas de su suplicio, de su sudor sonoro. ¡A qué ceremonial nos obligan la gravedad de los sentidos y la seriedad del cuerpo!"

"Es imposible saber si el hombre se servirá aún durante mucho tiempo de la palabra o si recobrará poco a poco el uso del aullido."


 Emil Cioran. Silogismos de la amargura. 1952.

Imágenes de vientos y monstruo de la exposición Cartografías de lo desconocido. Biblioteca Nacional. Madrid. 1.2018. Foto F.G.


miércoles, 7 de febrero de 2018

El dilema

Norman Foster. Proyecto de refugio. 1964. Foto F.G.
"Llegados a este punto no sé qué hacer: si ponerme a servir o buscar criada." 
Esta expresión disyuntiva del acervo familiar tenía una variante quizá más ajustada a las posibilidades que ofrece la realidad, en la que el dubitativo protagonista tenía simultánea y forzosamente que ponerse a servir y buscar socorro doméstico. Una forma de aceptar las cosas de la vida tal y como van viniendo. De estar a las duras y a las maduras. Y a la que salta.
Norman Foster. Proyecto de refugio. 1964. 

martes, 6 de febrero de 2018

Dinastía

F.G. En la mesa no se habla. Collage de palabras e imagen encontradas. 02.2018.


F.G. Bodegón con pimiento choricero. Collage de imágenes encontradas. 02.2018.
  


F.G. Plana mayor. Collage de objeto, palabras e imagen encontrados. 02.2018.


F.G. Pues va a ser que no. Collage de palabras e imagen encontradas. 02.2018.