viernes, 5 de octubre de 2018

Je ne veux pas travailler

 Robert Rauschenberg en Hamadabad, nadando en una piscina diseñada por Le Corbusier, 1975. Foto de Gianfranco Gorgoni.
Los viejos (y perezosos) amigos de la revista The Idler han colgado en spotify una estupenda playlist en la que nos convocan, como siempre, a dejar de hacer "cosas de provecho" para disfrutar de la vida como el bien escaso y volátil que es. Muy recomendable y gratis total.
Din Matamoro. En el aire.
Viniendo de donde viene, dominan absolutamente las canciones pop en inglés, y, además de las más previsibles, hay sorprendentes hallazgos. Merece la pena entretenerse con ello, y quizá te anime y saques fuerzas para crear tu propia lista de canciones perezosas en español, que haberlas haylas, y muchas.
Liliana Porter. Linea. 2006.
En su última carta, Tom Hodgkinson cuenta el nuevo paso de Tim Wuprofesor de derecho en la Universidad de Columbia empeñado en una batalla perdida de antemano contra los plutócratas de Silicon Valley a los que viene acusando de ser, a pesar de las apariencias, una élite tan profundamente reaccionaria como influyente que nos está devolviendo a todos (con nuestra entusiasta colaboración, para más inri) y a toda velocidad a épocas de desigualdad espantosa, individualismo insolidario y prioridades equivocadas. (Eso sí, en camiseta y poniendo carita de buenas personas enrolladas y perdonavidas, aunque en el fondo sus intereses sean tan mezquinos como los del ruin Ebenezer Scrooge)
Ahora, a través de un artículo en el New York Times titulado Elogio de la mediocridadreivindica el placer sencillo de hacer las cosas, cualquier cosa, por el simple gusto de disfrutar de ellas mientras las haces, sin buscar rentabilidad ni pretender risibles "excelencias".
Ed van der Elsken. Niños de Amsterdam.
"La idea del ocio es un objetivo difícil de lograr; presupone que hemos superado las exigencias de la supervivencia bruta. La promesa de nuestra civilización, el objetivo de todo nuestro progreso laboral y tecnológico, ha sido siempre liberarnos de la lucha por la supervivencia y dejar espacio para objetivos más elevados. Sin embargo, parece que hemos olvidado la importancia de hacer las cosas únicamente porque las disfrutamos."
Joan Miró pasándoselo bien.
Así que no te cortes y disfruta. También hay belleza en lo crudo, en lo tosco, en lo pobre, en lo desenfocado y en lo desafinado.
¡Arriba la afición, y abajo la academia!
Tú, a tu aire.

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