viernes, 28 de septiembre de 2018

El desierto

Lee Friedlander. Desierto de Sonora. Arizona. 1988.
(...) "El desierto es como el peor criminal de San Quintín, un asesino insensible que carece de cualquier signo de inteligencia. Pero también es hermoso. Es difícil decirlo a primera vista porque su belleza radica en la variedad de tenues sombras que van del beige al amarillo y al gris, como un cielo sin nubes un minuto después de que se ponga el sol. Allí las formas son en su mayoría pequeñas y duras. Bichos diminutos con unas patas largas que les permiten separarse del tórrido suelo o con unas llamativas pinzas rojas enormes para luchar contra un mundo muchísimo más grande que ellos.
Eve Arnold. Marilyn Monroe durante el rodaje de Vidas rebeldes, de John Huston, en el desierto de Nevada. 1961. 
De vez en cuando, cada cuatro o cinco años, llueve lo suficiente para que se formen algunos charquitos. En ese barro, de unos huevecitos duros como piedras sale una especie de camarón crustáceo que alcanzó el límite evolutivo antes de que apareciera el primer dinosaurio. Se aparea y muere muy deprisa. Una semana después las flores del desierto, tan diminutas que hay que arrodillarse para poder verlas, se abren por todas partes. Son de colores vivos y pajizas, secas y ásperas, porque el desierto se traga cualquier humedad de inmediato, como si fuese un dios loco que extrae las almas de sus criaturas antes de que tengan oportunidad de desarrollar su vida."(...)

Walter Mosley. Betty la Negra. Anagrama, 1997.

Bernard Plossu, Cabo de Gata. Almería. 2000. 

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