jueves, 6 de octubre de 2016

El hundimiento del Titanic


"Nos hundimos sin hacer ruido. Como en una bañera
el agua está quieta en los alumbrados salones de palmeras,
en las canchas de tenis, en los vestíbulos reflejados en los espejos.

Transcurren minutos oscuros que cuajan como gelatina.
No hay riñas, ni disputas. Diálogos a media voz.
Usted primero, señor. Saludos a los niños.
Cuídese del catarro. En los botes se oye el crujir de los cables
y se ven sobre el remo fosforescentes gotas de agua
que como a cámara lenta del mar emergen y al mar vuelven.

Sólo cuando se acerque el fin -la proa oscura levantada
perpendicularmente desde la profundidad cual absurda torre,
apagada la última luz, nadie pregunta la hora-
entonces un sonido jamás oído quebrará la calma de cristal:
`Fue un estruendo, o más bien un chacoloteo, un fragor o más bien
una sucesión de golpes, como si desde una bóveda enorme
se precipitaran toneladas de cosas pesadas desde lo alto,
agolpándose en los escalones y arrastrándolo todo en su caída.
Fue un ruido jamás escuchado
y que nadie quiere volver a oír en su vida.´
A partir de este momento, ya el barco no existía.
Después sólo se oyeron los gritos."  

Hans Magnus Enzensberger. El hundimiento del Titanic. Canto XVII. Traducción de Heberto Padilla. Anagrama, 1986.

El hermoso libro al que pertenece este poema lo escribió Enzensberger a lo largo de diez años de una época turbulenta presidida por la decepción y la pérdida de cualquier esperanza. Una época injusta como la que nos ha tocado vivir. Como todas. 


Gavin Bryars. The sinking of the Titanic. (Versión de 1975)

Pero no hay que desilusionarse: un buen desastre siempre enriquece el inagotable universo del ruido, y dentro de él, si prestas la debida atención, todavía puedes percibir la inagotable música de la orquesta.

2 comentarios:

  1. Me gusta la idea de Gavin Bryars de volver de vez en cuando a los restos sumergidos del Titanic y escuchar cómo sigue sonando tan magnífica calamidad.

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    1. Visitar los naufragios propios, y tratar de aprender algo de ellos.

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