martes, 17 de mayo de 2016

Globalización

Pintura mural para la instrucción antropológica. 1864.
En una rotonda de la circunvalación de mi ciudad se detiene el conductor de un camión norteamericano de cuarenta toneladas hecho en Turquía y matriculado en Holanda, y me pregunta con precisión en un correcto español -tras el que solo por la peculiar musicalidad y los estereotipos etnocentristas identifico a un ciudadano pakistaní- por un polígono industrial de las afueras en el que se almacenan y desde donde se distribuyen por media Europa productos foráneos de lo más diverso.
Dani Sanchis. Ocultura. 2010.
Cuando aclaramos su destino gira 360 grados y se pone en marcha, muy agradecido y saludador. Entonces soy yo el que duda sobre la ubicación del polígono y lo atinado de mi información. De vuelta a casa busco en google y me tranquilizo. Al menos hoy y en este aspecto concreto no he sido un obstáculo para la globalización.
Greenpeace.
Pero sigo estando en contra del Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés)

4 comentarios:

  1. Pues yo soy más partidario de la Internacional que de la globalización. Qué se le va a hacer. Cosas de la edad.

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  2. Un evangélico admirador18 de mayo de 2016, 13:10

    Pues a mí me gusta más el Acuerdo Transatlántico para el Bebercio y la Diversión (por sus siglas los conoceréis).


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    Respuestas
    1. Es usted un auténtico propagandista de la fe.
      Brindaremos por ello.

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  3. El mejor peinado es el espécimen de hombre blanco.

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