lunes, 1 de junio de 2015

China Moses, armas de mujer

China Moses.
El  punto final del ciclo de jazz de Cultural Rioja lo puso China Moses, una mujer de cualidades tan excepcionales en lo vocal como en lo dramático. Lo primero lo sabíamos por los discos, pero para demostrar su talento de actriz era necesario un escenario. 
Su  concepción del espectáculo supera lo estrictamente musical, y se vuelca en el “entertainment” luchando sin cesar por mantener vivo el interés y la atención de los espectadores, sin darles respiro. Tan autoexigente actitud requiere personas extrovertidas capaces por igual de comunicar, divertir y actuar con armas de precisión como la sonrisa, la gestualidad, una desbordante sensualidad y grandes dosis de humor. 
China Moses.
Esas cualidades y pretensiones la hacen idónea para la comedia musical y el cabaret, cuyos lenguajes y recursos domina administrando a su gusto y simultáneamente la sofisticación y el “rompe y rasga”. Tiene que ser estupendo verla en el “ambiente de relajada proximidad” de un night club, aunque disfrutó del amplio aforo del Bretón saltando sin ningún problema las candilejas y dirigiéndose entusiasmada y agradecida al público, especialmente a los lejanos aficionados del gallinero.

James Pearson.
Quizá por esa querencia hacia la intimidad cómplice se trajo para acompañarla al extraordinario pianista James Pearson, director artístico del Ronnie Scott´s jazz club, que sólo o dirigiendo a su trío ha puesto música a buena parte de las mejores voces que van pasando por Londres. Pareció que llevaran trabajando juntos toda la vida y era la segunda vez que coincidían, con un lapso de varios años entre una y otra. Está en una forma excelente, a la altura de su reputación (compositor clásico y contemporáneo, brillante arreglista, colaborador habitual del Brodsky Quartet y de las orquestas sinfónicas de la BBC,...) e hizo gala de equilibrio, discreción y elegancia. Se mostró versátil e imaginativo, desarrollando los arreglos de Raphaël Lemonnier, -el pianista habitual de China Moses-, y aportando los suyos propios. 
China Moses y Dee Dee Bridgewater.

En   su “show de continuidad”, China Moses demostró que, más que presentar canciones, lo que le gusta es contar historias, actuar “como una narradora que quiere hacer reír al público entre canción y canción”. 
Y así, aunque tarde, llegamos, por fin, a lo fundamental de la crónica del concierto, a su extraordinaria voz, con el brillo enérgico de la juventud y la sabiduría heredada de su madre (Dee Dee Bridgewater) y de su idolatrada Dinah Washington (de la que nos hizo, en un momento, un descacharrante panegírico en el que mezcló su apasionada vida sentimental con clara inclinación a la poligamia y su singular fuerza creativa). 
El  repertorio fue un sentido homenaje a las grandes cantantes del jazz y del blues que la inspiraron de joven y que siguen influyéndola en su plenitud (mujeres fuertes y reivindicativas, con temas cargados de orgullo racial y feminista) con presencia de blues, R&B, góspel, varias composiciones propias y la sorprendente presencia de la música disco (con el Hot stuff que tan popular hiciera Donna Summer). 
China Moses.

En   el  improvisado “encounter” con la star, los arrobados alumnos no aprobamos el “listening” colectivo, aunque fuimos bastante bien de oído y de sentido del ritmo, haciendo palmas acompasadas pero sin responder coralmente a las llamadas de la sacerdotisa. No pasábamos, salvo honrosas y contadas excepciones, del "aleluya" en el Hallelujah I just love her so, de Ray Charles, con el que se despidió de la entregada audiencia. Habrá que repasar, pues. 
Fue  un estupendo fin de fiesta, de los que acrecientan la afición al jazz. Y subrayan la conveniencia de aprender idiomas.

China Moses
JAZZ 2015. Cultural Rioja
Teatro Bretón. Logroño
28 de mayo de 2015


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