jueves, 19 de marzo de 2015

Murciélagos


Hugh Clark. Murciélago "ble" (brown long-eared) en vuelo.

Los  murciélagos han llamado nuestra atención y poblado nuestros sueños y temores a lo largo de toda la historia. Siendo los únicos mamíferos voladores, nos fascinan más por sus hábitos nocturnos y su capacidad para orientarse y cazar emitiendo gritos (como un cantante de rock, poco más o menos). 
Estos “ratones ciegos y alados” -el latinajo "mur caecus alatus" estaría en el origen de su denominación española- emiten ultrasonidos como si de un “sonar biológico” se tratara, matizando a través de contracciones de la laringe su frecuencia, ritmo, duración e intensidad (mucho más que la mayoría de los cantantes, sean de rock o de cualquier otra cosa). 
Pero a lo que vamos.
Jeremy Deller. Murciélagos saliendo de Frio Cave, Texas, al anochecer. 2003.
El  artista Jeremy Deller los tiene entre sus variadas pasiones, y ha dedicado trabajos de gran éxito popular a la riqueza plástica y acústica de sus hábitos gregarios. Sirva de ejemplo este fragmento de una película en 3D que dedicó a los quirópteros tejanos:


 
Jeremy Deller. Fragmento de Bats. 2003.

Aunque  los unificamos en nuestros temores, hay entre ellos más de mil variedades, y los dibujantes de tebeos han hecho lo que han podido por completar tan prolija taxonomía, sobre todo en lo referido a la improbable variedad de su cruce con el hombre:
El hombre murciélago en los tebeos y las películas a lo largo de la historia.

En   origen eran entre azuloscurocasinegros y parduzcos, pero la vida nocherniega (en los "clubs de hombres nocturnos" como diría el obispo de Alcalá) ha llevado a alguno de sus eximios miembros por derroteros arcoiris, no tan elegantes pero mucho más divertidos y vistosos.

Batman, de héroe popular a víctima de la moda en un plis-plas, por su mala cabeza.
Cada  uno tiene sus sueños, sus razones y sus monstruos, en función de aquellos y de estas. 
Francisco de Goya. El sueño de la razón produce monstruos. 1797-99.
Y si no, se los crea. En el mejor de los casos, a la medida.

2 comentarios:

  1. A algunos murciélagos negociantes y carotas en vez de crecerles alas en las manos (como al común de los quirópteros) los dedos se les hacen huéspedes (como a cualquier otro mangante). ¡Qué cosas!

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