viernes, 19 de diciembre de 2014

Se acerca el invierno...

Giuseppe Arcimboldo. Unas cuantas pinturas sobre el invierno. Segunda mitad del S. XVI.
... y con él su poderoso ejército de hortalizas, frutas y verduras; de legumbres, trufas, raíces, brotes, hierbas y hongos.

Los productos de temporada nos recuerdan el ciclo de la vida y, a poco despiertos que seamos y retengamos la letra de los villancicos, que algún día nos iremos y no volveremos más.
Antonio Vivaldi. Las cuatro estaciones. Invierno. 
Allegro non molto. Virtuosi di Roma. 1960. EMI.

Los frutos de invierno y los guisos y conservas de ellos derivados son como la magdalena de Proust, pero en variado, rico y sabroso (y sin grasas saturadas): un billete para viajar en el tiempo, hasta quedarnos en las estaciones donde hemos sido felices, con las personas a las que amamos y que vivirán mientras las recordemos.

Antonio Vivaldi. Las cuatro estaciones. Invierno. 
Largo. Virtuosi di Roma. 1960. EMI.
Al igual que el invierno, la vejez, final de la línea recta declinante en la que se ha convertido nuestro personal ciclo, también puede merecer la pena si la vivimos con intensidad y le sacamos todo el jugo que le queda.
Antonio Vivaldi. Las cuatro estaciones. Invierno. 
Allegro. Virtuosi di Roma. 1960. EMI.

Nutricionistas y etólogos nos han enseñado que "somos lo que comemos", y el invierno ha dado suficiente variedad y reservas a la especie para mantenerse dignamente erguida sobre la tierra. De la misma manera, como individuos somos lo que vemos y oímos (apaga ya los cantos de merluzo de la propaganda, hazte ese favor), y como personas, cada vez más, somos lo que aguantamos y lo que no aguantamos. En consecuencia, no aguantemos tanto, que la vida es breve.
El tiempo vuela, queridos. 

El general de este pictórico ejército invernal (con mala fama por flatulento pero con un hermoso corazón melancólico bien escondido), es Giuseppe Arcimboldo, un manierista italiano muy influyente e imitado en su época, recuperado por los surrealistas y recreado apasionadamente por el checo Jan Svankmajer y su corte universal de seguidores.
Jan Svankmajer. 1967.

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