viernes, 5 de septiembre de 2014

La música está servida


A veces no es apropiado que el cartel aspire a ser un grito. Según lo que pretenda contar, a quién y dónde, puede que sea más conveniente y eficaz optar por la voz baja de la conversación amigable, de la sugerencia cómplice, del amable consejo.
Gabriel Santolaya y Mario San Juan han sabido poner a lo largo de su brillante vida profesional la voz adecuada y el énfasis preciso en mensajes muy variados para iniciativas de toda índole. Hoy acuden a miracomosuena por uno de sus puntos fuertes, en el que han creado escuela y marcado el nivel: los carteles en los que se anuncian asuntos culturales. 
Selecciono, por afición y porque sirven para reflejar su amplio abanico de procedimientos y soluciones, una serie completa dedicada a la música antigua.


En ella vemos (y escuchamos, si nos fijamos bien) una inmensa variedad de recursos dentro de una sensibilidad identificable, de una "imagen" distintiva del ciclo y del equipo de diseño.
Esa capacidad para "sintonizar" con las características del encargo y con el cliente no es, lamentablemente, demasiado frecuente.
En este caso, como en muchos otros protagonizados por Mario San Juan y Gabriel Santolaya, los diseñadores se han convertido en privilegiados "intérpretes" de esa necesidad de comunicación y han puesto a disposición del festival todo su amplio y sofisticado repertorio.
J.S. Bach. Bourrée BWV 1010. Jordi Savall. 
Les voix humaines. Alia Vox, 1998.
Y en el recuerdo del público y de los músicos quedan, junto a sonidos y situaciones singulares, las imágenes que los convocaron al encuentro.
(Imagen añadida en 2023, con motivo de la exposición de los veinticinco carteles.)








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