viernes, 22 de agosto de 2014

Cita con el jazz en Munilla

Andrea Motis, con Josep Traver y Joan Chamorro. Munijazz, 15.08.14. Foto: F.G.


Munilla es un hermoso lugar lejos de casi todo.
A lo largo de su historia ha desarrollado una importante actividad industrial, y, como consecuencia lógica de ese dinamismo, notables movimientos asociativos (para muestra, la presencia de una delegación de sus obreros en el congreso constituyente de la Confederación Nacional del Trabajo en la movida Barcelona de 1910) e interesantes iniciativas culturales.
Entre estas, viene destacando en los últimos once años un festival de jazz tan atractivo como modesto, dotado con escasos recursos económicos que son suplidos por amor al pueblo, con muchas ganas, buen gusto e imaginación por un pequeño equipo de la Asociación de Amigos de Munilla liderado por Jesús Montiel (una especie de discreto Charlie Mingus, dirigiendo e impulsando a la banda desde atrás).

Jerez-Texas: Jesús Gimeno, Matthieu Saglio y Ricardo Esteve. Munijazz, 16.08.14. Foto: F.G.
El Munijazz ha demostrado siempre especial interés por los valores musicales emergentes, algunos todavía en periodo de formación en escuelas y conservatorios, pero siempre con un alto nivel artístico ya contrastado. En su undécima edición esa intención se concretó en una programación exigente (en cuanto a la calidad) y asequible (en cuanto a las propuestas estéticas), dos condiciones muy adecuadas -sobre todo cuando se dan juntas- en un festival dirigido a un público muy variado que se desarrolla en espacios de acceso gratuito.
Haciendo un alarde de capacidad logística y organizativa, Munijazz había previsto tres escenarios muy distintos: uno al aire libre (bajo el tupido manto de las estrellas y con el confort de mesas y sillas donde tomarse "algo" o comer algún dulce preparado por las adolescentes golmajeras) en la Plaza de San Miguel, donde actuaron Andrea Motis con el grupo de Joan Chamorro, y el trío Jerez-Texas
Maracas para dos: Hasier Oleaga y Raúl Romo. Munijazz, 15.08.14. Foto: F.G.

otro en un precioso salón del vetusto casino (observados los concurrentes por los fundadores y mecenas de la sociedad desde sus imponentes retratos), donde Maracas para dos organizaron una fiesta, y un tercero en la iglesia de Santa María en el que el trío de Isabel Bermejo estuvo rodeado por una hermosa colección de retablos barrocos con un nutrido santoral asombrado por la devoción del público y por la acústica del lugar (que probablemente nunca se había visto en otra), muy apropiada para las características del repertorio.
Isabel Bermejo, con Ramón García y Alberto Beriain. Munujazz, 16.08.14. Foto: F.G.
La oferta musical, muy variada (desde el funk y el hard-bop a los standards, pasando por imaginativas fusiones "viajeras") resultó excelente, por la solvencia de los intérpretes y su entusiasmo contagioso. Seguro que algo tuvo que ver el trato que reciben de los organizadores, que logran un ambiente distendido y acogedor, propicio para que los músicos lleguen acompañados por sus familias, se relajen, y, entre concierto y concierto, se encuentren con otros músicos y desconecten del mundanal ruido, con la fresquita asegurada.

El público abarrotó los recintos, y disfrutó (en muchos casos en amplios grupos familiares con nutrida presencia de niños y jóvenes) de las músicas y del buen ambiente conseguido.
Admirable. 
Que se repita muchos años.


Publicado en Rioja2 el 22.08.14.

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