lunes, 11 de agosto de 2014

Arte en las tierras de Santa Lucía de Ocón

(A la memoria de Carmen Hernáez, compañera
 de tantos años de fatigas y alegrías culturales)


F.G. Arte en la tierra. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
La cita anual en los campos de Santa Lucía de Ocón que, desde hace doce años, organizan Félix Reyes y Rosa Castellot para participar en su celebración de la vida y la belleza, sigue teniendo -y cada vez más, en medio de la banal sequía que nos rodea todo el año- el valor de las grandes peregrinaciones.
F.G. Arte en la tierra. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Allí acuden puntuales los abundantes miembros de la iglesia panteísta de aficionados al arte para disfrutar de la devoción compartida y de los frutos del talento individual de cada cosecha; para reconocer los resultados del esfuerzo colectivo y hacer votos esperanzados por un futuro mejor.

F.G. Arte en la tierra. Santa Lucía de Ocón. Félix Reyes, Félix Guerra y Rafael Lafuente
en los preparativos de una instalación. 7.8.14.
Aunque en ediciones anteriores de Arte en la tierra ya habían participado excelentes fotógrafos, sorprendía a priori que un festival ligado por definición y voluntad a la naturaleza y a lo que en ella se produce de manera espontánea o por el trabajo humano, dedicara toda una edición a un arte que históricamente ha sido mucho más de cuarto oscuro, de laboratorio y gabinete; un arte cuya relación con el exterior se ha basado fundamentalmente en la selección del paisaje como fascinante protagonista estático, o como marco de otros asuntos -aparentemente más relevantes- a los que aportaba profundidad y misterio.
Seguro que la conmemoración internacional del 175 aniversario del invento de la fotografía no ha sido ajena a la decisión. Tampoco la creciente “contaminación” creativa que se da  entre los artistas más inquietos, apreciable en las constantes interferencias entre los lenguajes y códigos que utilizan, con unos resultados mestizos que desbordan las categorías tradicionales.
Así que el riesgo de los organizadores era considerable, pero su apuesta firme y sobre seguro. Los cuatro artistas seleccionados conocían perfectamente las intenciones, objetivos y posibilidades del festival, porque lo han seguido desde el principio y participado en él a través de sus responsabilidades profesionales o como público entusiasta. Dominaban el territorio y se sentían en casa, queridos y arropados por el pueblo de Santa Lucía.
La vocación de riesgo quedaba explícita desde el principio, cuando se optó en la difusión de la convocatoria por un cartel de José Carlos Balanza que es toda una declaración de intenciones.
F.G. Detalle de la instalación de Félix Guerra. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Félix Guerra afrontó su trabajo buscando entre los principales responsables de tanta belleza como hay en los campos de Santa Lucía, sus campesinos, y los agrupó en la persona de Floren San Miguel, estrecho colaborador del festival desde sus inicios. Para acometer el estudio y la narración de esa dialéctica de beneficio recíproco entre la naturaleza y el hombre que es la agricultura tradicional, optó por el formato de reportaje, y en su trabajo, Hombre, tierra, hombre, añade a las cualidades del fotógrafo la proximidad del etnógrafo y el análisis del antropólogo.
F.G. Detalle de la instalación de Félix Guerra. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Su presentación, como pequeños frutos sobre los surcos de un campo en barbecho, resulta un acierto plástico notable. En conjunto, un hermoso inventario de la vida cotidiana y la cultura material de los agricultores del valle de Ocón en el siglo XXI. 
F.G. Teresa Rodríguez, risueña santera del Bosque de exfotos. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Teresa Rodríguez ha preparado a los pies de la ermita un canto de alabanza colectiva por el don de la vista -por el acto de mirar que se transforma, gracias a la fotografía, en memoria viva-.
F.G. Detalle de la instalación de Teresa Rodríguez.. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Mediante la acumulación y distribución estratégica de iconos con ojos de muy diversa procedencia e intención, ha convertido la chopera en un Bosque de exfotos,  un bosque iluminado por las miradas entrecruzadas y el regocijo de complicidades y reconocimiento que generan.
Ojos del pasado y del presente que dan su melancólica bienvenida a los llegados a esta fiesta, convertida en agradecida ofrenda común.
F.G. Teo Martínez y Jesús R. Rocandio. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Jesús R. Rocandio, tan acostumbrado a edificar observatorios, ha construido un mirador y fijado su cámara sobre el promontorio de un campo arado desde el que ha visto -a través del cambio de la luz- transformarse el mundo varias veces a lo largo de veinticuatro horas. 
F.G. Detalle de la instalación de Jesús R. Rocandio. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Luego, igual de acostumbrado a exhibir la belleza, nos lo ha enseñado a los demás como el descubrimiento esencial que es, ese prodigio constante que se da ante nuestros ojos mientras miramos -a menudo sin ver- hacia otra parte. Por ejemplo, a las trepidantes anécdotas acumuladas a las que llamamos vida. O a la pantalla del móvil.
Ha titulado su intervención El hombre afortunado, porque, según confiesa, así se ha sentido, con esta oportunidad de incorporarse al paisaje, de exponerse a las inclemencias atmosféricas, de redescubrir el placer y la importancia de fijar la cámara, de encuadrar, de delimitar la realidad. Y de conocer a un montón de personas estupendas con las que todo resulta factible.
F.G. Detalle exterior de la instalación de Jesús R. Rocandio. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Rafael Lafuente se echó a los caminos con el escaso bagaje tecnológico de un naturalista del XIX, pero con toda la carga conceptual de un artista del XXI y el don de los poetas de cualquier época para desvelar la belleza que habitualmente pasa desapercibida.
F.G. Rafael Lafuente ante Estudio de sombras. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
Sus hermosas cianotipias, fotogramas -podríamos decir, asumiendo gustosamente la paradoja, “prefotográficos”- hechos sin cámara y presentados en bastidores de colmenas, enlazan las ideas de la fotografía como huella y de la sombra como origen de la representación.
El fruto de su trabajo, titulado Estudio de sombras, se expone “archivado” en cuatro colmenas ubicadas en el punto de partida de los senderos seguidos para su singular “cosecha”, estableciendo una estrecha relación estética y sentimental con la apicultura, actividad fundamental en la economía tradicional del valle de Ocón.
F.G. El público observa los cianotipos de Rafael Lafuente. Santa Lucía de Ocón. 9.8.14.
En conjunto, esta edición de Arte en la Tierra supone una grata sorpresa por la variedad de respuestas creativas a esa vieja relación con la naturaleza. Los fotógrafos seleccionados han dado a luz un juego de espejos y lentes que nos iluminan sobre la realidad, y reviven (reactivan) el ingenio de los creadores del invento en esta conmemoración tan señalada. Hemos vuelto por unos días a la fotografía ambulante por otros medios, y, sobre todo, con otros medios. Y otras intenciones, aunque con la misma ambición que siempre: dar testimonio de una época, confirmar certezas y verdades y enseñar a mirar.
La añoranza por la brillante historia  de la fotografía nos ha llevado de vuelta al gabinete -recreando el ámbito y la intención experimental- y a la barraca de feria -con su dimensión de divertido espectáculo-; a la incursión en el álbum familiar y personal -como fuente inagotable de emoción-; al reportaje como manifestación suprema de un invento que nació para reflejar y explicar el mundo; a los descubrimientos intuitivos más relacionados con el viejo naturalista que con la nueva tecnología. El talento y el esfuerzo han superado los temores a las limitaciones de bidimensionalidad,  formatos o soportes.  
Gracias -y felicidades- a todos los que lo han hecho posible.

F.G. Noche de San Lorenzo en Santa Lucía de Ocón. Y entonces se mostró, llena, la luna. 9.8.14.

  
(Publicado en Rioja2. 11.08.14)




5 comentarios:

  1. Genial, es como has expresado a la perfección los sentimientos que los fotográfos que este año hemos tenido al plantear nuestras intervenciones en el Arte en la tierra.

    Ha sido un placer leer tu palabras, un gusto que pudieras acompañarnos y compartir experiencias.

    Hemos demostrado que la propuesta de Félix Reyes y Rosa Castelllot no era tan descabellada, por el contrario innovadora.

    El cartel de José Carlos Balanza presagiaba el éxito.

    Abrazos y graciassssss!!!!!!!!!

    Teresa Rodríguez
    Fotógrafa

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  2. Gracias también por dedicar este post a Carmen!!!
    Tan querida.......
    Teresa

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  3. Disfrutando de los paisajes de la cuna de mi abuelo materno Higinio Montalvo.¡Gracias Arte en la Tierra por acercarme virtualmente a mis raíces.

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  4. Precioso post y gracias por dedicárselo a Carmen.

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  5. Excelente artículo que te hace vivir esta muestra como si estuvieras allí. Excelente recuerdo nos queda del pasado año donde, a pesar de haber pasado algunos días desde la clausura, pudimos disfrutar junto a Rosa y Félix de las obras allí expuestas. Felicidades a a los artistas que han participado y a todos los que siguen haciendo de Arte en la Tierra una referencia cultural imprescindible en este país.

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