lunes, 28 de abril de 2014

Calçeteiros de Lisboa


F.G. Lisboa. Praça dos Restauradores. Abril de 2014.



Con esa hermosa palabra (que puede inducir a confusión por aquello de los "falsos amigos" entre idiomas ibéricos) se define una profesión artesanal tradicionalmente masculina que tiene más que ver con la edilicia que con los géneros de punto.

Joshua Benoliel. Calçeteiros de Lisboa. 1907.
La calçada es un tipo de pavimento característico de Portugal (y exportado a sus antiguas colonias) para el que se utilizaban pequeños adoquines de diferentes colores con los que se cubría la superficie de zonas peatonales o de tráfico ligero y los patios de las casas.
F.G. Lisboa. Praça do Rossio. Abril de 2014.
A pesar de que forma parte de la imagen más castiza y promocionada del país solo empezó a realizarse hace ciento ochenta años. 
F.G. Lisboa. Cais do Sodré. Abril de 2014.
Además de su utilidad práctica siempre tuvo intención estética, recreando a menudo plantillas con dibujos esquemáticos y grecas populares, pero también diseños complejos de artistas que colaboraban con arquitectos y paisajistas en las grandes remodelaciones urbanísticas.

F.G. Lisboa. Campo de las Naciones. Abril de 2014.
Todo en este pavimento son ventajas: belleza, variedad, fácil conservación y mantenimiento, masaje para las plantas de los pies, ejercicio para los tobillos, proximidad y baratura de las materias primas utilizadas, empleo de mano de obra abundante con diversos niveles de cualificación, duración superior a la de las cambiantes modas, ralentización del tráfico y de la marcha, antideslizante, sonoridad leve -tendiendo a rumorosa-,...

F.G. Lisboa. Mirador de San Pedro de Alcántara. Abril de 2014.
Igual sirve para delimitar una zona monumental que para marcar un itinerario, recrear la marca comercial de un negocio en el suelo o dar información al viandante, al que, para compensar tanta bondad, solo se le exige un poco de atención en la marcha para evitar desniveles o eventuales charcos. Podría pasar por una acertada metáfora de la vida.

Canto de rua.
Ricardo Parreira (guitarra portuguesa)
Tiago Oliveira (viola de fado)
Francisco Gaspar (bajo acústico)
Ediçoes Valentim de Carvalho. 2013.

F.G. Lisboa. Rua do Ouro vista desde el elevador de Santa Justa. Abril de 2014.
Estos días, coincidiendo con el cuarenta aniversario de la Revolución de los Claveles, Lisboa acogía a los inspectores de la Troika, llegados a Portugal para ajustarles las clavijas a los de siempre. Seguramente los planteamientos de reformas laborales que presentan como novedosos e imprescindibles (¿para quién?) no diferirán de los que padecieron los calçeteiros en sus comienzos: cuadrillas organizadas como pelotones de castigo bajo disciplina militar.
Gustave Courbet. Los picapedreros. 1849.
Nos quieren llevar al siglo XIX de cabeza.

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