viernes, 4 de octubre de 2013

No grandi navi

F.G. La casa acústica de Luigi Nono. Venecia. 09.2013.
El sábado 21 de septiembre, a  media tarde y justo delante de donde vivió y murió Luigi Nono ("maestro de sonidos y silencios", como reza la elemental placa conmemorativa de la fachada), se dio en Venecia una batalla tan desigual como singular. 
F.G. La Salute, aquejada de elefantiasis. Venecia. 09.2013.

De una parte, gozando de la complicidad de las autoridades (que prohibieron al diario La Stampa sobrevolar la ciudad para documentar el evento), trece grandes cruceros atravesaban la ciudad de oeste a este por el canal que une Dorsoduro y la Giudecca, para echar una caprichosa ojeada final sobre el Redentor, San Giorgio Maggiore y San Marcos antes de partir rumbo a otros puertos.
F.G. Los nietos de Marco Polo. Venecia. 09.2013.
F.G. Despedida y cierre. Venecia. 09.2013.
Por la otra, un nutrido grupo intergeneracional de bullangueros que, armados de voces, tarteras, bocinas y banderas, protestaban contra tal atropello desde la fondamenta, en barcas imposibles o a nado. Cercados por un despliegue de policía digno de mejor causa, sus quejas iban contra la polución de todo tipo, la ceguera de las instituciones y el abuso de las navieras que ponen en riesgo la seguridad de la laguna y de los edificios.


Manifestación contra las "grande navi". Venecia.20.09.2013.

F.G. Grandes naves, malos humos. Venecia. 09.2013.
Adriano Celentano, siempre atento, se sumó a la protesta comprando una página entera en el Corriere della Sera para gritar su cólera contra el desfile de los barcos: "Mañana no será un buen día para nuestro país, aunque estará soleado. Con el desfile vergonzoso de los 13 barcos por la laguna de Venecia se celebra el funeral eterno de la belleza del mundo".
F.G. El pez grande desequilibra (y hunde) al chico. Venecia. 09.2013.

El acontecimiento, a pesar de la importancia de lo que allí se dirimía, tenía cierto aire lúdico, condimento habitual en la vida diaria de un pueblo tan sabio (por desengañado) como el italiano. Para los de fuera podía parecer un desfile de carrozas organizado por el departamento de festejos de la Serenissima, todo brillo y esplendor, o, mejor aún, una performance pasada de rosca comisariada por algún americano e incluida en la omnipresente Bienal. Pero los de casa, mejor informados, lo veían como otro atropello más y se preguntaban hasta dónde podría llegar la riada. 
F.G. El pasmo desde vía Garibaldi. Venecia. 09.2013.
La operación duró hasta bien entrada la noche, y, como en el mejor Fellini, de repente la nave venía y ocupaba todo el horizonte dejando atónitos a los viandantes nocherniegos que, tras el susto, continuaban con sus labores habituales pensando en cómo se manifestará el apocalipsis.
Aldo Rossi. El Teatro del Mundo. Bienal de Arquitectura de Venecia de 1979.


Puestos a "ocupar" los canales tuvo mucho más sentido (y más gracia) la propuesta efímera de Aldo Rossi en 1979, que, inspirándose en el precedente de las barcazas barrocas que durante el Carnaval iban atravesando los canales de palacio en palacio y de fiesta en fiesta, diseñó un artilugio flotante a escala de la arquitectura del entorno y acorde con las prácticas culturales y festivas de los ciudadanos.Porque hasta para divertirse hay que tener cierto criterio.
Francesco Guardi - San Giorgio Maggiore y la Giudecca, Venecia. Circa 1780.
Pero algunos, deslumbrados por todo lo que brilla, arremeten a capricho contra cualquier cosa que se les ponga por delante, convencidos de que a su sí no hay no.
¿Por qué no se van directos a Qatar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario